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La información sísmica proviene de la base de datos del Instituto Geográfico Nacional (IGN) (https://doi.org/10.7419/162.03.2022). Cartografía Ráster de España del IGN CC BY 4.0 ign.es. Origen de los datos geológicos: Mapa temático del Atlas Nacional de España (ANE) CC BY 4.0 ign.es (2020), síntesis elaborada a partir del Mapa Geológico de España 2M (2004) del IGME-SGE y del Mapa Geológico de España y Portugal 1M (2015) del IGME-LNE. Transparencia al 50%. Principales fallas activas durante el Cuaternario extraídas de la base de datos QAFI (García-Mayordomo et al., 2012; IGME, 2022).FAM: falla de Alhama de Murcia, FC: falla de Carboneras, FCA: falla de Carrascoy, FCR: falla de Crevillente, FJ: falla de Jumilla, FPA: falla de Palomares. CB: cuenca de Baza, CGU: cuenca de Guadix, CGR: cuenca de Granada.

Zona general    Zonas de detalle Oeste Centro Este

 
MAPA GEOLÓGICO
 
SISMICIDAD HISTÓRICA E INSTRUMENTAL

Las Béticas constituyen la región con mayor actividad sísmica de la península ibérica. Predominan los terremotos corticales de profundidad superficial (<40 km) de baja a moderada magnitud, con la ocurrencia de algunos grandes terremotos históricos destructivos. Asimismo, existe cierta sismicidad a profundidades intermedias (40-120 km) en la parte occidental que se extiende en dirección NNE-SSO desde Málaga hasta la costa de Marruecos. La existencia de esta sismicidad ha dado lugar a distintas teorías sobre su origen sobre las que todavía no existe acuerdo unánime. Algunas de las más aceptadas son la existencia de una subducción de la litosfera oceánica del Atlántico bajo el Arco de Gibraltar con un buzamiento hacia el este que se hace prácticamente vertical en profundidad o la ocurrencia de distintos procesos de delaminación bajo el mar de Alborán. De forma ocasional, también ocurren algunos terremotos muy profundos localizados a más de 600 km con epicentro en la provincia de Granada. Su origen es también una cuestión abierta pero algunos estudios los relacionan con la presencia de un cuerpo de velocidad anómala observado por tomografía sísmica en esta zona, que podría estar conectado o no al cuerpo responsable de la sismicidad intermedia, y que sería producto de antiguos procesos de subducción o delaminación litosférica. Además, es interesante resaltar que no se han registrado terremotos con profundidades entre 150 y 600 km.

La sismicidad cortical de las Béticas está en gran medida controlada por los sistemas de fallas activas que atraviesan la cordillera, y los mecanismos focales predominantes varían en concordancia al tipo de fallas y campo de esfuerzos característicos de cada zona. Mientras que en la zona oriental predominan los mecanismos de tipo desgarre, en la zona central predominan los de tipo normal y en la zona occidental, donde la sismicidad es más escasa que en el resto de las Béticas, predominan los mecanismos de tipo inverso y desgarre.

En el catálogo histórico, hay registro de grandes terremotos destructivos ocurridos en esta región, principalmente en los sectores oriental y central de la cordillera, con magnitudes estimadas en torno a 6,0-6,5 e intensidades máximas iguales o superiores a VIII-IX. Entre los mayores terremotos destacan, en el extremo nororiental de las Béticas, los terremotos de 1396 en Tavernes de Valldigna y de 1748 en Estubeny (Valencia) y más al sur, en la provincia de Almería, los terremotos de 1518 en Vera, de 1522 en Alhama de Almería y de 1804 en Dalías (Almería). En la región central de la cordillera, destacan varios terremotos como el de 1170 en Andújar (Jaén), el de 1431 al sur de Granada, y el 1531 en la Cuenca de Baza (Granada); y en el sector occidental de las Béticas, cabe resaltar el terremoto de 1504 en Carmona (Sevilla), localizado en la cuenca del Guadalquivir, al noroeste de la cordillera, y el terremoto de 1680 en Alhaurín el Granda (al NO de Málaga). Pero los mayores y más virulentos de los terremotos históricos registrados son, el terremoto de 1829 de Torrevieja (Alicante) y el terremoto de 1884 de Arenas del Rey (Granada). Ambos fueron sentidos con intensidad máxima de IX-X, y tienen una magnitud estimada en torno a 6,5.

Sin embargo, en época instrumental, los mayores terremotos registrados han sido los de tipo profundo, localizados al sur de la ciudad de Granada a más de 600 km de profundidad. Son el terremoto de Dúrcal de M7,8 en 1954 y el de Nigüelas de M6,3 en 2010. A profundidad superficial, la sismicidad de mayor magnitud ocurrida en las Béticas en el registro reciente es de magnitud en torno a 5,0 e intensidad máxima de VII. Destacan el terremoto de 1930 en Montilla (Córdoba) en el sector occidental; en el sector central destacan dos terremotos en 1951 al suroeste de la provincia de Jaén y el de 1956 en Purchil en la cuenca de Granada; y en el sector oriental, los terremotos de 1948 en Cehegín (Murcia), de 1945 en Onteniente (Valencia) y el más reciente de 2011 en Lorca (Murcia) que causó nueve víctimas mortales y numerosos daños en las edificaciones de Lorca.

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