Esta región se engloba dentro del contexto regional de la Meseta Central, unidad de relieve que se extiende a lo largo de gran parte de la zona centro de la península ibérica, y cuya altura media es de 650 m sobre el nivel del mar. Concretamente, la zona de estudio se limita a la zona centro-oriental de la Submeseta Sur, porción meridional de la Meseta Central, en la que se localizan las zonas altas y medias de las cuencas hidrográficas del Tajo, al norte, del Guadiana, al sur, y el Júcar, al este. Estas cuencas quedan delimitadas por las cadenas montañosas del Sistema Central al NO, el Sistema Ibérico al NE, y el Sistema Bético al sur. Los Montes de Toledo al oeste también se enmarcan en esta región.
Desde el punto de vista geológico, esta zona se caracteriza por el desarrollo durante el Cenozoico de la cuenca sedimentaria de antepaís del Tajo. El basamento de esta cuenca lo constituyen los materiales paleozoicos y precámbricos del Macizo Ibérico, y su relleno consiste fundamentalmente en rocas cenozoicas de tipo clástico continental, cuya generación y deposición está ligada a la orogenia Alpina, responsable del levantamiento o reactivación de los relieves circundantes que son el área madre de los sedimentos acumulados. Esta cuenca se subdivide en dos, la subcuenca de Madrid al oeste y la subcuenca de Loranca al este. Ambas, quedan separadas por la sierra de Altomira, que es una rama suroccidental del Sistema Ibérico que se extiende en dirección N-S por las provincias de Guadalajara y Cuenca. Esta sierra incluye rocas sedimentarias mesozoicas, fundamentalmente carbonáticas, y series cenozoicas tempranas mayoritariamente de tipo clástico. A pesar de esta separación física, siempre hubo conexión entre ambas subcuencas por el norte, y, por tanto, su colmatación fue seguramente simultánea, aunque ambas presentan distinto espesor máximo, unos 3500 m la cuenca de Madrid en las proximidades del Sistema Central, y unos 1400 m la cuenca de Loranca.
En la zona sur de esta región, correspondiente con la parte alta y media de la cuenca hidrográfica del Guadiana, hay dos entidades geológicas destacables. Al oeste, el campo de Calatrava, región donde afloran gran variedad de materiales, desde las pizarras y cuarcitas paleozoicas del Macizo Ibérico hasta los materiales clásticos terciarios correspondientes al relleno sedimentario de la cuenca, pero lo más característico es la presencia de materiales ígneos ligados a la actividad volcánica reciente, registrada desde el Cenozoico tardío hasta el Cuaternario, y cuyo origen se relaciona con la orogenia Alpina. Al este, el campo de Montiel, que se desarrolla sobre materiales mesozoicos (triásicos y jurásicos) fundamentalmente carbonáticos desarrollados a los pies de la ladera norte del Sistema Bético, pero sin apenas deformación, es decir, sin afección por parte de la orogenia Alpina. Las Lagunas de Ruidera se localizan aquí y representan uno de los complejos travertínicos más importantes de Europa.
© Instituto Geográfico Nacional - C/ General Ibáñez de Ibero, 3. 28003 Madrid - España.
sismologia@transportes.gob.es |