La zona occidental del Sistema Bético cubre la región entre la desembocadura del Guadalquivir y la ciudad Málaga, conformando su límite sur las costas gaditana y malacitana y su límite norte la cuenca del Guadalquivir a lo largo de la provincia de Sevilla.

Desde el punto de vista geológico, aunque en esta región aflora el dominio subbético de las Zonas Externas en la parte norte y el complejo Maláguide y Alpujárride, junto a las importantes masas peridotíticas asociadas, de las Zonas Internas en la parte sur, es la unidad del Campo de Gibraltar la más característica en esta área. Esta unidad o dominio intermedio, se caracteriza por la presencia de turbiditas cretácicas y paleógenas que se depositaron en el mar que separaba las unidades internas y externas con anterioridad al levantamiento de la cordillera, y que se situaba sobre una joven dorsal que generaba nueva corteza oceánica y que posteriormente quedó abortada e integrada en la cordillera Bética. El fuerte plegamiento que afectó a los depósitos turbidíticos durante la orogenia alpina provocó su actual y característica disposición vertical, conformando lo que se conoce como el flysch del Campo de Gibraltar.

Dentro de los sedimentos más recientes que cubren parcialmente las formaciones más antiguas en esta zona, destacan las unidades Olistostrómicas que cubren gran parte de la zona central y norte de esta región. Esta unidad desarrollada durante el Mioceno, y por tanto durante el levantamiento de la cordillera, es una cuña formada por varias unidades deposicionales, algunas de carácter gravitacional compuesta por elementos pertenecientes a las Zonas Externas y otras pertenecientes al relleno de la cuenca del Guadalquivir.

Tectónicamente, el régimen compresivo regional extraído de datos tectónicos y sísmicos es compatible con una compresión en dirección NO-SE consistente con los datos GPS. En este contexto regional de convergencia oblicua NO-SE entre las placas africana y euroasiática, en las Béticas Occidentales esta convergencia se hace más tangencial y la presencia de fallas activas conocidas se limita a unas pocas, principalmente inversas y de desgarre, ya que carecen de expresión en superficie. La cuenca neógena de Málaga, al oeste de la ciudad y limitada por unidades de las zonas externas, concentra la mayoría de estas fallas conocidas, entre las que destacan las fallas inversas con orientación ENE-OSO de Cartama y Villafranca de Guadalhorce y las fallas normales con orientación NE-SO de Los Alamillos y El Acebuchal. También es reseñable el sistema de fallas de Barbate, con movimiento de desgarre y orientación ONO-ESE y una rama con orientación N-S y movimiento normal.