Desde el punto de vista sísmico, el NO de la península ibérica se considera actualmente una zona estable con una sismicidad de magnitud baja o moderada, dentro del contexto sismotectónico general de Iberia. No obstante, presenta algunas series sísmicas y terremotos de magnitud moderada. La sismicidad en esta zona es superficial (profundidades <30 km) y, aunque escasos, predominan los mecanismos focales de tipo normal y desgarre.
El sur y este de Galicia es la zona con mayor número de terremotos, mientras que en el resto de la región la sismicidad es dispersa, con algunos sismos con epicentro marino, tanto en la vertiente atlántica como en la cantábrica. No obstante, se observa una ausencia de sismicidad en toda la parte centro y este, así como en el centro-norte de Galicia.
En el catálogo histórico podemos resaltar varios terremotos de magnitudes estimadas superiores a M5. Con epicentro en el mar, destacan los terremotos de 1783 y 1899 en el océano Atlántico, y el de 1897 en el mar Cantábrico, sentidos con intensidades máximas de VI-VII, VI y V-VI respectivamente. En tierra, destacan tres terremotos sentidos con intensidad VII, en 1909 en Viana do Castelo (Portugal), 1910 en El Ferrol y en 1920 en Pontevedra. Además de éstos, en las dos primeras décadas del siglo XX, hay catalogados varios terremotos de intensidad VI y magnitud ligeramente inferior a M5, principalmente en el noroeste de Portugal y suroeste de la provincia de Pontevedra.
En la época instrumental, cabe señalar tres terremotos de magnitud en torno a M5 sentidos con intensidades máximas de VI, el terremoto de 1950 en Teverga (al suroeste de Oviedo) de M4,7 y dos terremotos ocurridos en 1961 al oeste de Zamora de M5,3. Pero la mayor parte de la sismicidad se concentra en la zona de Sarria-Becerreá-Triascastela (Lugo), donde destacan tres series sísmicas en 1979, 1995 y 1997 con terremotos de hasta M4,6, M4,7 y M5,2 respectivamente. Con epicentro en el mar, también destacan dos terremotos de magnitud moderada sentidos con intensidades máximas de V y VI, el de 1936 de M5,1 en el Atlántico, frente a las costas de Pontevedra, y el de 1962 de M4,4 en el mar Cantábrico frente a las costas de Lugo. En los últimos 20 años, se han registrado algunos terremotos dispersos con magnitud ligeramente por encima de 4,0 sentidos con intensidades entre IV y V, en el interior en las provincias de Zamora y León y en el mar, tanto en la vertiente cantábrica como atlántica.
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