Una de las más graves consecuencias de la dispersión de la ciudad sobre el territorio es el alejamiento de los lugares de residencia, trabajo, estudio y ocio. Sobre todo en las grandes áreas urbanas, el tiempo empleado en recorrer distancias cada vez mayores es muy elevado. Las repercusiones económicas y sociales son muy considerables.
La construcción de la ciudad mediante piezas homogéneas, sin mezcla de usos (urbanizaciones exclusivamente residenciales, centros comerciales aislados o parques de ocio) obliga a recorrer diariamente grandes distancias. Teniendo en cuenta que la base de estos desplazamientos es mayoritariamente el automóvil, es lógico deducir que, pese a las ampliaciones y mejora de las carreteras, éstas son insuficientes para albergar, en las horas punta del día, todo el tráfico que se mueve en la misma dirección. Los sistemas de transporte público: tren de cercanías y autobuses, no se han desarrollado todavía con la suficiente calidad.
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