En los últimos decenios han aparecido algunas piezas urbanas nuevas en las ciudades españolas. En gran parte procedentes del urbanismo anglosajón, rompen con la ciudad compacta mediterránea tradicional y con la forma de vida que la caracteriza.
La dispersión reciente sobre el territorio de actividades y población está teniendo lugar mediante piezas especializadas aisladas. Surgen urbanizaciones de primera residencia, con servicios y equipamientos propios, separadas de los núcleos urbanos aunque bien conectadas mediante autovías rápidas. El auge de las casas unifamiliares adosadas o pareadas ha permitido extender la vivienda unifamiliar a la clase media e incluso, gracias a las cooperativas, a la obrera.
Junto a estas nuevas zonas residenciales aparecen los centros comerciales, nuevos espacios de ocio y relación frente a los parques y paseos clásicos. También oficinas e industrias de calidad se concentran en parques empresariales y tecnológicos. Algunas grandes empresas construyen centros corporativos aislados. Incluso los parques de atracciones comunes desaparecen y se convierten en parques temáticos, con grandes instalaciones de acceso controlado.
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