Los desequilibrios demográficos se deben, fundamentalmente, a factores históricos y a las estrategias de desarrollo económico y social. Todo ello, junto con algunos factores ambientales y geográficos, ha condicionado el proceso de ocupación territorial que, entre otros aspectos, se caracteriza por la existencia de notables disparidades en cuanto a densidad de la población, formas de poblamiento, envejecimiento, fecundidad e incidencia de los movimientos migratorios. Estas desigualdades se pueden observar en el territorio a distintas escalas, desde la municipal hasta la provincial y autonómica.
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