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España a través de los Mapas
Transformaciones Territoriales RecientesTransformaciones Territoriales Recientes

Mapa de la superficie articial 1987 - 2000

Los paisajes se podrían comparar con un archivo: en él quedan registradas las huellas de las relaciones que, en el territorio, se han ido produciendo entre los seres humanos y la naturaleza. A través de los paisajes se pueden conocer las características naturales de un lugar y, al mismo tiempo, deducir el modelo económico imperante en cada etapa, así como la cultura territorial con la que las sociedades han ido transformado su entorno. Teniendo en cuenta que todos esos aspectos varían a lo largo del tiempo, los paisajes también lo hacen.

Los paisajes españoles han experimentado profundas transformaciones a lo largo del siglo XX. Ello se debe al tránsito que se produce desde un modelo económico basado en la explotación agraria, a otro donde las actividades industriales, turísticas, y los servicios darán lugar a la concentración de la población en torno a las ciudades, a la transformación de sus periferias, así como a la creación de nuevos equipamientos e infraestructuras.

Tanto la evolución de la población urbana, como la de la población ocupada por sectores ilustran este proceso de cambio. A principios del siglo XX, casi el 70% de la población española residía en núcleos rurales, mientras que en 2006 prácticamente el 80% lo hace en núcleos mayores de 10.000 habitantes. Por su parte, a comienzos del siglo XX, dos tercios de los ocupados trabajaban en el sector primario (agricultura, ganadería, pesca y explotación forestal), mientras que hacia 1970 lo harán en la industria (sector secundario) casi un 40% de la población ocupada. Ya en las últimas décadas serán los servicios los que adquieran una gran importancia relativa, pues prácticamente dos terceras partes del empleo, y de la riqueza producida, se obtienen precisamente del sector terciario o de servicios, donde la actividad turística tiene una notable contribución.

Desde el punto de vista territorial, un indicador de estas transformaciones es el proceso de artificialización del suelo, es decir, la superficie del territorio –natural o agraria- que ha sido transformada para instalar en ella usos residenciales, comerciales, industriales, equipamientos públicos o diferentes infraestructuras. Este proceso se ha incrementado significativamente en las últimas décadas, como se observa en el mapa adjunto. Aunque en él se representa un intervalo temporal relativamente corto (entre 1987 y 2000), se puede constatar el aumento que han experimentado recientemente las superficies artificiales en España. Se trata de un proceso que se ha dado de forma generalizada por todo el territorio, pero que resulta especialmente significativo en la costa mediterránea y en el área metropolitana de Madrid. Esta dinámica reciente no se explica tanto por razones demográficas, como por la importancia que, en un contexto de fuerte desarrollo económico, ha tenido el sector de la construcción en la economía española, activado por la creación de nuevos desarrollos urbanos (muchos de ellos dispersos), equipamientos e infraestructuras, así como por la actividad turística. Esta última ha contribuido de forma notable en la artificialización del litoral que, entre 1987-2000, ha aumentado en un 27,9%.

Las transformaciones territoriales recientes, derivadas del cambio de modelo económico, tienen en España diferentes características y signo. Para ilustrar algunas de ellas se han seleccionado un conjunto de ejemplos del Atlas Nacional de España “Imagen y Paisaje” (Ministerio de Fomento, 2002), que muestran distintos tipos de cambios: unos se localizan en ámbitos urbanos, otros en su periferia inmediata y otros en áreas rurales. Entre los primeros, el de la ciudad de Valencia ejemplifica los profundos cambios que han experimentado algunas ciudades españolas; el del corredor del Henares ilustra la formación de un continuo urbano-industrial, vinculado a su renta de posición con respecto a Madrid; y el de Maspalomas (Gran Canaria) permite observar las transformaciones territoriales inducidas por la actividad turística en el litoral.

Pero las transformaciones territoriales no sólo se localizan en las áreas urbanas, sino que también en las rurales se observan distintos procesos: mientras que en unas áreas se produce un abandono agrario generalizado, en otras los policultivos tradicionales se sustituyen por pastos, o se implantan nuevos regadíos, o proliferan los cultivos intensivos que incorporan nuevas tecnologías. A su vez, en muchas zonas donde se abandonan las actividades agrícolas o ganaderas, aparecen nuevos paisajes forestales, resultado de las políticas de repoblación iniciadas a partir de la segunda mitad del siglo pasado. También algunos paisajes, que el transcurso de la historia conservaron buena parte de sus valores naturales, son protegidos y actualmente forman parte de nuestro patrimonio natural y cultural.

En paralelo, en las áreas rurales próximas a los núcleos urbanos, y a los centros de producción, se localizan buena parte de los cambios territoriales más significativos. Prácticamente el 70% de las nuevas superficies artificiales, que han surgido en España entre 1987 y 2000, se han desarrollado sobre suelos agrícolas. Aunque la situación varía de unas comunidades autónomas a otras, los procesos que más han contribuido a ello son la expansión de las infraestructuras (autovías, autopistas, etc.), de los equipamientos de ocio, y los crecimientos residenciales. El modelo territorial actual se caracteriza por la dispersión de las actividades y la población, lo que implica un elevado consumo de recursos (suelo, energía, agua), así como la proliferación de numerosos problemas ambientales. Algunos organismos, como el Observatorio de la Sostenibilidad en España, reflexionan sobre este modelo de desarrollo, evalúan sus consecuencias e intentan estimular un cambio social hacia la sostenibilidad.

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