España se abastece de gas principalmente a través de las importaciones que realiza desde el extranjero (debido a la escasa producción estatal) y que luego administra a través de la red de gasoductos. Estas importaciones se realizan desde diferentes vías: a través de un gasoducto con Francia, por otro gasoducto que atraviesa Marruecos y el Estrecho de Gibraltar (el Magreb- Europa Gas) procedente de países del norte de áfrica (sobre todo de Argelia) y, a través de buques que llegan a los puertos de Barcelona, Huelva, Cartagena, Sagunto y Bilbao. Los principales países suministradores de gas a España son: Argelia, Egipto, Libia, Nigeria, Qatar y Noruega. Existen también conexiones internacionales de suministros de gas con Portugal; y además, España cuenta con tres yacimientos de gas situados en el suroeste peninsular.
Las infraestructuras de gas en España las forman: la red de gasoductos, las plantas de regasificación de gas natural licuado, los almacenamientos subterráneos, las conexiones internacionales y los tres yacimientos propios.
El gas natural no llega a todos los municipios del Estado, abasteciendo actualmente a algunas de las principales ciudades; aunque se prevén aumentos en la red en los próximos años.
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