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En todas las economías avanzadas del mundo, la innovación se ha convertido en la forma en que numerosas empresas se enfrentan al aumento de la competencia internacional, mejorando la calidad de los productos y la productividad de su trabajo, en vez de competir por costes más bajos, que son los que ofrecen los países con bajos niveles de desarrollo. Una economía más innovadora permite, por tanto, seguir progresando sin tener que rebajar las condiciones de vida de los trabajadores, y también puede ayudar en el objetivo de la sostenibilidad, utilizando de forma más eficiente los recursos naturales, o reduciendo el volumen y la peligrosidad de los residuos generados.

Por esa razón, las economías más prósperas y dinámicas cuentan con una elevada presencia de lo que se conoce como servicios avanzados. Se trata de empresas que ofrecen servicios especializados de alta calidad y cuentan con una alta proporción de titulados universitarios, por lo que suele afirmarse que su principal recurso es el conocimiento. Entre ellas están, por ejemplo, las empresas de ingeniería, los centros de investigación y desarrollo tecnológico, las empresas de software y servicios para Internet, las de diseño gráfico, publicidad y marketing, consultoría y estudios de mercado, bufetes de abogados, etc.

El mapa de los servicios avanzados en España refleja bien las grandes desigualdades en su distribución. De los poco más de dos millones de trabajadores contabilizados en el año 2006, la mitad se concentra en las provincias metropolitanas de Madrid (590.000), Barcelona (345.000) y Valencia (118.000), mientras las que se sitúan a continuación (Sevilla: 81.000; Vizcaya: 61.000; Málaga: 56.000) están ya muy por debajo de esas cifras. En el extremo opuesto, las diez provincias con menos empleo tan sólo suman en conjunto 46.000 ocupados en servicios avanzados, poco más de un 2 % del total español. Por ese motivo, aumentar la presencia de servicios avanzados en las ciudades de tamaño medio, y en los territorios con una economía menos dinámica, puede ser un medio para reducir los desequilibrios regionales en España.