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Accesibilidad

Accesibilidad

El sistema de transportes y comunicaciones ha estado tradicionalmente muy condicionado por los rasgos geográficos del territorio y por la evolución histórica. En la actualidad está muy vinculado al crecimiento económico, a la evolución del sector turístico y, tras la incorporación a la Unión Europea, a la necesidad de integrarnos en las redes comunitarias.

El mapa representa la densidad de autopistas y autovías por provincias. Como puede observarse, prácticamente la mitad del territorio español cuenta ya con una buena accesibilidad, aunque todavía quedan amplios sectores donde ésta es reducida, ya sea por su accidentada orografía, por su escasa población, o por su inferior nivel económico. Destacan por su accesibilidad las tres provincias vascas, Pontevedra, Barcelona, Alicante, Málaga y Madrid. Todas ellas son zonas densamente pobladas.

En cifras absolutas, el incremento de vehículos y conductores en España ha sido espectacular: en 26 años, de 1980 a 2006, el número de vehículos ha pasado de 10 a 29 millones, mientras que el número de conductores ha variado también de casi 10 a 22 millones. Este salto no sólo se explica por el aumento de población o el incremento de la edad media, sino sobre todo por los importantes cambios sociales y económicos que han afectado al país. En cifras relativas, estas transformaciones son más apreciables: se ha duplicado ampliamente el número de vehículos y prácticamente la cifra de conductores cada 1000 habitantes. Detrás de esta progresión está la mejora de las rentas medias y también el nuevo modelo de urbanización difusa que amplía las distancias entre el domicilio, el trabajo, la escuela o el ocio y multiplica los desplazamientos. Pero sobre todo, ha venido de la mano de la mayor incorporación de la mujer al mundo laboral y su mayor actividad social: de 117 conductoras cada 1000 mujeres en 1986 se ha pasado a 390 en 2006, con un incremento del 235%, mientras en los hombres, las cifras varían desde 408 en 1980 a 602 en 2006 con sólo un crecimiento del 47%.

Las repercusiones de esta abrumadora presencia de vehículos en las carreteras, de sus exigencias territoriales, del consumo energético que suponen o del gasto familiar que introducen, afectan individual y colectivamente a todos los habitantes, además implicar de forma directa a los poderes públicos.

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