Volver a Inicio Volver a Inicio Ir a la Web de la AGE Ir a la Web del Ministerio de Fomento Ir a la Web del IGN


Mapa físico del mundoMapa físico del mundo

Mapa físico del Mundo

El planeta Tierra representa una singularidad en el contexto del universo: la existencia de agua en estado líquido desencadena en él un conjunto de procesos que, entre otras cuestiones, hacen posible la vida. El ecosistema terrestre, considerado en su conjunto, es el resultado de una compleja evolución. A lo largo de millones de años la litosfera ha formado su armazón, la atmósfera su piel protectora, la hidrosfera su sistema circulatorio, y la biosfera sus órganos esenciales. Todos estos componentes -roca, aire, agua y vida- tienen una gran interdependencia entre sí, de tal forma que el funcionamiento de cualquiera de ellos depende de los restantes. Los seres humanos, como un ser vivo más, también son un elemento esencial de este metabolismo planetario, unas veces contribuyendo de forma positiva, pero otras alterando negativamente los procesos naturales.

Aunque el 70,7 % de la superficie terrestre está cubierta por océanos (360.700.000 km²), vivimos en el 29,3 % restante: los continentes (149.300.000 km²). La distribución que presentan actualmente es el resultado, por una parte, de la energía interna de la Tierra, capaz de mover las placas tectónicas, pero también de los procesos externos, que erosionan y modelan los materiales geológicos. A su vez, la energía solar es la que da lugar a un conjunto de procesos en la atmósfera y en la hidrosfera y, como resultado, el planeta regula su temperatura y alberga una gran diversidad de ecosistemas, tanto en las áreas sumergidas como en las emergidas.

Los continentes presentan unas dimensiones muy diferentes, siendo Asia el más extenso (44.000.000 km²) y Oceanía el más pequeño (9.000.000 km²). Entre los de menores dimensiones le sigue Europa, que con sus 10.500.000 km² es incluso menor que la Antártida (13.800.000 km²). La extensión de las masas continentales es mayor en el hemisferio norte que en el del sur, donde predomina la superficie ocupada por los océanos.

Si tenemos en cuenta la proporción de tierra emergida y, dentro de ella, la extensión de los desiertos fríos y cálidos, o de las zonas donde los suelos no son productivos, la humanidad se alimenta de tan sólo el 11% de la superficie terrestre libre de hielo.

Volver