Hasta hace algunos años la recogida, transporte y tratamiento de las basuras eran actividades consideradas marginales, y a las que no se prestaba excesiva atención. En general, su manejo se limitaba a la recogida domiciliaria y a su posterior acumulación en vertederos locales.
Sin embargo, el fuerte incremento que ha experimentado la producción de residuos, en las últimas décadas, los ha convertido en uno de los mayores problemas con los que se enfrentan todas las ciudades y gobiernos regionales. Por otra parte, el aumento de la conciencia ambiental de la sociedad española, junto a la progresiva adopción de las normas europeas, han obligado a modificar las prácticas anteriores, adoptándose para ello políticas cada vez más estrictas.
De este modo, la legislación reciente intenta, por un lado, frenar la producción de residuos y, por otro, ponerlos en valor estimulando su reutilización o reciclado. Esto último se ve facilitado por el desarrollo de nuevas técnicas, que hacen rentable la reutilización de buena parte de lo que hasta hace poco se consideraban residuos sin valor.
La recogida selectiva de los residuos, que tiende a generalizarse, facilita su tratamiento y puesta en valor. De este modo, y dependiendo de su naturaleza, pueden ser enviados a distintos tipos de instalaciones:En algunos casos, los residuos deben llevarse primero a estaciones de transferencia donde se meten en contenedores, especialmente adaptados, para su transporte definitivo a los centros de tratamiento.
Todas estas instalaciones son costosas, producen impactos de distintos tipos y suelen generar cierto rechazo, por lo que su localización y capacidad deben ser cuidadosamente estudiadas. Ello ha dado lugar a distintos tipos de estrategias, que se reflejan, en el mapa adjunto, en la desigual distribución de unos u otros tipos de plantas en el territorio español.
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