El tráfico en el interior de España de los productos petrolíferos sigue realizándose mayoritariamente por carretera, aunque paulatinamente, el porcentaje de toneladas transportadas mediante oleoductos tiende a igualar su cifra. Este desarrollo del tránsito mediante tuberías ha ido en detrimento del realizado a través del ferrocarril y, sobre todo, de la navegación costera mucho más inseguros e ineficaces.
En el periodo considerado, la red de oleoductos prácticamente se ha duplicado, permitiendo que el transporte por este medio pase de suponer del 25% en 1985 al 49% en 2004.
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