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La economía española es ya una economía de servicios, y eso se demuestra en que algo más del 65 % de los puestos de trabajo existentes en el año 2006 corresponden a este sector. Pero esa tendencia sigue en aumento, y el mejor reflejo es el hecho de que de los más de 17 millones de contratos firmados durante el año anterior (2005), cerca de 11,5 millones también pertenecieron al sector de servicios, lo que equivale al 66,7 % del total, mientras los firmados en el resto de sectores apenas representaron la mitad de esa cifra.

Si se compara esa situación con la existente en el año 2000 se comprueban otras dos tendencias complementarias: por un lado, en esos años la economía española vivió un periodo de crecimiento, y la cifra total de contratos aumentó un 24 % entre esas dos fechas; al mismo tiempo, el crecimiento de los contratos en servicios superó ese promedio hasta alcanzar el 28 %. La probabilidad de encontrar hoy un empleo es mucho más alta en los servicios que en actividades agrarias, mineras, industriales o de la construcción, y puede esperarse que esa tendencia se refuerce en los próximos años.