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Para conocer la estructura de la población, de un lugar, por edad y sexo se suelen utilizar unas representaciones denominadas pirámides de edad. Las pirámides son en realidad dos gráficos combinados, donde en el eje de ordenadas se colocan las edades (en grupos anuales o quinquenales), y en el de las abscisas el número total (o un valor: tanto por ciento o por mil) de varones y mujeres; los varones se representan a la izquierda y las mujeres a la derecha.

El estudio de las pirámides de edad informa sobre la historia de la población y de sus perspectivas futuras. Por eso tiene un gran interés para la planificación estratégica, pues permite estimar algunas de las necesidades futuras de la población. Así, una población con muchos adolescentes generará una importante demanda de en el mercado laboral, mientras que muchas personas en edades superiores a los sesenta años puede ser un buen referente para la política sanitaria.

Las pirámides de 1960, 1991 y 2001 nos muestran con claridad el proceso de envejecimiento de España. La pirámide de 1960 tiene la base más ancha que la cima, lo que significa que es mayor la cantidad de niños, adolescentes y jóvenes que los que tienen más de cincuenta años. Sin embargo, la pirámide de 2001 es muy diferente, la base se ha estrechado, y el vértice se ha ensanchado, debido también al incremento de la esperanza de vida de los españoles.