Las altas laderas de las sierras del Sistema Central y de la Cordillera Ibérica muestran un paisaje de formas relativamente suaves, tapizadas por una cubierta forestal de robledales de Querqus pyrenaica en las zonas bajas y, por encima de 1.400 m aproximadamente, de pinares de pino silvestre. Son estos extensos pinares, como los de la sierra de la Demanda que aparecen en la imagen, de propiedad mayoritariamente municipal, de histórica explotación maderera en el caso de las masas antiguas, y resultado de la repoblación forestal de los años 40 a 80 del siglo XX en otros. Con el aprovechamiento maderero de los pinares convive la explotación ganadera, que se hace dominante en las cumbres de las sierras durante el estío, sobre los pastos y matorrales de altura que los colonizan.
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