Algunas cuencas sedimentarias recientes están ocupadas por materiales poco consolidados, como arenas o arcillas, que son incapaces de resistir eficazmente a la erosión. Cuando estos lugares coinciden con un clima semiárido y una escasa cubierta vegetal, es frecuente que el agua de arroyada produzca profundas incisiones en el terreno y acabe generando campos de cárcavas de muy rápida evolución. En la foto se puede observar un área acarcavada en las Bardenas Reales (Navarra).
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