El valle del Tajo es una cuenca sedimentaria en donde destacan unas estructuras tabulares, muy características de estas zonas, que se forman por la acumulación de estratos horizontales, alternativamente blandos y duros, sobre los que incide la erosión formando páramos o mesas. La Mesa de Ocaña es una altiplanicie que se levanta con fuertes escarpes desde los cauces del Tajo al norte, y muere bruscamente en el escalón de La Guardia. También se puede observar, junto a la evolución geológica de la zona, la estructura fallada de una parte del sistema Central y el encajamiento de la red fluvial, que en ocasiones crea profundos encajamientos como la Fosa de Lozoya.
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