• Descargar / Imprimir

El concepto de medio ambiente hace referencia al conjunto de condiciones en las que se desarrollan los seres vivos, entre los que lógicamente se incluyen también los seres humanos. Para comprender el medio ambiente de España, o de cualquier lugar, hay que tener en cuenta tanto sus características naturales como la actividad humana.

La diversidad natural es uno de los rasgos que caracterizan a España, tanto si se tiene en cuenta su relieve y clima, como si se analiza la distribución del agua, de los suelos, de la vegetación y de la fauna. Todos estos elementos están profundamente interrelacionados, e interactúan de forma dinámica a lo largo del tiempo: los ecosistemas que observamos actualmente en España no son los mismos que existían hace millones de años.

Aunque los seres humanos forman parte de la naturaleza como un ser vivo más, sin embargo su capacidad para alterar los procesos naturales es muy alta. Cuando los efectos de estas alteraciones sobre el medio son negativos se producen problemas ambientales. En España, los más significativos están relacionados, por una parte, con los riesgos naturales, siendo los de origen climático o hidrológico (inundaciones) los que causan mayores pérdidas. Pero también existen otros riesgos, como la deforestación, la erosión del suelo o los incendios forestales, que se deben fundamentalmente a la acción humana. A todo ello se suma la contaminación y la producción de residuos, que se derivan de nuestro actual modelo de desarrollo.

Pero también la sociedad española ha tenido formas positivas de relacionarse con la naturaleza y, gracias a ello, hoy se conserva en España un importante patrimonio natural y cultural. La red nacional de espacios protegidos es una de las más amplias de Europa, y la sensibilidad por conservar estos recursos es cada vez mayor. La búsqueda de modelos de desarrollo que permitan compatibilizar el bienestar social con la gestión sostenible de la naturaleza es, sin duda, un desafío y una tarea colectiva para las próximas décadas.