El relieve de España se caracteriza por su diversidad, tanto en su territorio peninsular e insular como en su área sumergida. Los márgenes continentales de España pueden ser agrupados en dos sectores: márgenes del sector atlántico (Estrecho de Gibraltar, Golfo de Cádiz, Canarias, Galicia y Cantábrico) y márgenes del sector mediterráneo (Cataluña, Golfo de Valencia, Baleares, Alicante, Murcia y Alborón). Los primeros presentan una plataforma continental relativamente estrecha, con excepción de la zona del Golfo de Cádiz, mientras que los segundos tienen una plataforma continental más amplia. Por su origen volcánico, el relieve submarino de las Islas Canarias es peculiar, se trata de un relieve abrupto, con plataformas muy estrechas y taludes de gran pendiente, que se precipitan rápidamente hacia la llanura abisal.
Por lo que respecta a la parte emergida, el relieve de España se caracteriza por los siguientes aspectos generales: