A medida que los ríos se alejan de la montaña, sus aportes dependen menos de la nieve y más de la lluvia. A su paso por Fraga, el Cinca presenta un máximo doble en primavera, debido a la coincidencia de la fusión de la nieve y de unas precipitaciones importantes y un mínimo, muy marcado en verano, causado por la fuerte sequía estival característica de los entornos mediterráneos.
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