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En las márgenes de los grandes ríos ibéricos, sobre sus llanuras aluviales, aparecen los paisajes de vegas regadas, como la del Tajo en las inmediaciones de Talavera. La regulación de estos ríos a través de grandes presas de cabecera durante el siglo XX ha permitido reducir el riesgo de inundación y disponer de agua para riego mediante canales, lo que ha supuesto una transformación muy importante del paisaje y la conversión de muchos sotos y riberas en espacio agrícola. Las vegas se dedican actualmente a muy distintos tipos de cultivos. Junto a los aprovechamientos hortícolas y frutícolas de las vegas mediterráneas y de parte de la del Ebro, otras, como la vega de Talavera, se han especializado en cultivos forrajeros, para alimentación de ganado bovino de leche. En la imagen puede observarse, además del crecimiento de la ciudad de Talavera junto al Tajo y al pie de la sierra de Gredos, la proliferación de explotaciones ganaderas lácteas salpicando las tierras agrícolas regadas.