La montaña pirenaica, más elevada y menos húmeda en general que la cantábrica, ofrece un paisaje rural de base también ganadera, organizado de forma escalonada, desde las estivas y pastos de verano de cimas, puertos y colls, a los cultivos y prados de las laderas bajas y fondos de valles, como el que aparece en la imagen, correspondiente al Valle de Salazar, al Este del Pirineo navarro. Las laderas, con frecuentes cantiles y escarpes, aparecen tapizadas por una cubierta forestal boscosa de variadas especies, siendo habitual y muy llamativo, sobre todo en otoño, el contraste de coníferas (pino silvestre y pino negro, sobre todo) y de especies caducifolias, como los hayedos y robledales de las laderas de Salazar.
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