Este cuadro sintetiza los aspectos tratados en el tema. El clima de un territorio es resultado de la combinación de diversos factores y elementos.
Los factores pueden ser geográficos y atmosféricos. En el primer caso, la latitud y la situación concreta de España, en relación con las tierras emergidas y los mares, aparecen como factores determinantes. El relieve, los contrastes orográficos de su superficie, y la proximidad del mar influyen igualmente en la propia circulación de la atmósfera.
El segundo grupo de variables, los factores termodinámicos o atmosféricos, representan las condiciones generales de circulación en altura y en superficie. Los cinturones de vientos, sus variaciones estacionales, los centros de acción, las masas de aire y los frentes, marcan la dinámica y los rasgos del clima.
Frente a los factores, los elementos representan las propiedades de la atmósfera, cuya combinación define las características climáticas. Entre ellos, se han destacado cinco como más relevantes: las precipitaciones, las temperaturas, la humedad y la evaporación, la insolación y la presión atmosférica y el viento.
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