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En este esquema se ha representado la posición que los principales centros de acción que afectan a España suelen adoptar en los meses de enero y julio. Existen diferencias importantes entre la situación de enero y la de julio debido, sobre todo, al desplazamiento latitudinal de la circulación general atmosférica, y a las variaciones térmicas experimentadas por las masas continentales y marítimas.

En enero, el cinturón atlántico de altas presiones alcanza una latitud más baja. El Anticiclón de las Azores, centrado en torno a los 30º, dirige hacia la Depresión de Islandia el aire tropical marítimo. En la zona de encuentro entre esta masa de aire y la más fría de las regiones septentrionales, se desarrolla el frente polar, responsable de las precipitaciones que puedan llegar a la Península en invierno. El potente Anticiclón siberiano, con sus pequeñas prolongaciones en Centroeuropa es el responsable de canalizar el aire polar continental a muy baja temperatura. La fachada meridional del Anticiclón de las Azores alimenta, por el contrario, el flujo de los alisios hacia Canarias.

En julio, las altas presiones subtropicales se desplazan al Norte. El Anticiclón de las Azores se despliega sobre la Península estabilizando el tiempo y reduciendo las precipitaciones. El área septentrional, sin embargo, situada a mayor latitud, queda fuera de su influencia directa, permitiendo que ocasionalmente el territorio sea afectado por las perturbaciones originadas a lo largo del frente polar. Los anticiclones de origen térmico sobre el Norte de África y el interior de Rusia han sido sustituidos por extensas depresiones.