Volver a Inicio Volver a Inicio Ir a la Web de la AGE Ir a la Web del Ministerio de Fomento Ir a la Web del IGN
España a través de los Mapas
Contaminación y Residuos. La contaminación en EspañaContaminación y Residuos. La contaminación en España

Mapa de la distribución geográfica de los focos contaminantes

La contaminación ambiental es uno de los aspectos de la problemática ambiental española, que se deriva de nuestro actual modelo de desarrollo. Cuando se habla de contaminación ambiental se hace referencia a la presencia en el ambiente de cualquier agente, o combinación de agentes (físicos, químicos o biológicos), en formas y concentraciones que puedan resultar nocivos para la salud, el bienestar de la población o perjudiciales para la vida vegetal o animal. En función del medio afectado, la contaminación puede tener diferente denominación: contaminación hídrica (agua), contaminación atmosférica (aire) y contaminación del suelo.

El agua es uno de los recursos más importantes con el que contamos, no está exenta de problemas y su calidad puede verse fácilmente alterada. En España la contaminación de las aguas subterráneas resulta, principalmente, de los vertidos urbanos, de la industria o de la infiltración de los fertilizantes depositados en el suelo, procedentes de la agricultura intensiva, y por las deyecciones del ganado. En ambos casos, los niveles de nitratos que adquiere el agua pueden ser tan elevados que constituyen una seria amenaza para la salud humana. Junto con los nitratos, otro de los compuestos significativos a la hora de evaluar la calidad de las aguas es el amonio, que se incorpora al agua procedente de las redes de saneamiento. En la actualidad la situación de los ríos españoles por contaminación orgánica es muy diversa. La contaminación de los ríos se expresa mediante el “índice de calidad general” (I.C.G.). Este índice se elabora combinando los resultados de las mediciones de 23 parámetros que influyen en la composición, posible toxicidad, capacidad de albergar la vida, fenómenos de eutrofización u otros rasgos de los que depende la calidad de las aguas fluviales.

Igualmente, la explotación irracional del recurso agua pone con frecuencia en peligro su calidad o su disponibilidad. La extracción de las aguas subterráneas por encima de los niveles de recarga produce una disminución de los niveles freáticos, da lugar a la salinización de las aguas, como ocurre en las zonas costeras, empeora la calidad de las mismas y altera hábitats tan importantes para la vida como los humedales. En el territorio español las subcuencas más gravemente sobreexplotadas se sitúan en el tercio sureste de la Península y en ambos archipiélagos, coincidiendo con las regiones donde el balance hídrico es más desfavorable y en las que existen importantes acuíferos.

Por su parte, la causa del actual deterioro de la calidad del aire son las emisiones de contaminantes a la atmósfera. Los elevados niveles de contaminación pueden provocar efectos negativos muy significativos en la salud humana y en el medio ambiente, especialmente en las grandes ciudades y en las zonas con actividades industriales y de producción de energía. Entre los contaminantes atmosféricos más frecuentes están los aerosoles, óxidos de azufre, monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, hidrocarburos, ozono y anhídrido carbónico (CO2). Este último es el más importante de los denominados “gases de efecto invernadero” (GEI).

Por lo que respecta al suelo, considerado un recurso vital para los ecosistemas y las actividades humanas, éste se encuentra actualmente amenazado por la erosión, la salinización, la pérdida de biodiversidad y la contaminación. Las actividades que contribuyen en mayor medida a la contaminación del suelo son las industriales, y los principales contaminantes detectados son los metales pesados, los hidrocarburos y los aceites minerales.

También los residuos son otra de las fuentes de contaminación y de degradación ambiental. Dado que la cantidad generada por habitante y año presenta un crecimiento constante en la sociedad moderna actual, su tratamiento se ha convertido en una preocupación de primer orden durante los últimos años. Para afrontar este problema las sociedades desarrolladas, entre ellas España, promueven sistemas para la recogida selectiva de residuos, así como para su posterior gestión, reciclado o reutilización, como sucede, por ejemplo con la técnica del compostaje.

Volver